Los analistas lo sospechaban, la población lo sentía y ahora es oficial: la economía del Reino Unido está estancada. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, el Producto Interior Bruto (PIB) tuvo crecimiento nulo en el segundo trimestre del año respecto al primero, intensificando el temor a una recesión. No bien conocidos los datos hubo un coro de voces de la city y la industria exigiendo una baja de los tipos de interés.
El dato es el peor en 16 años y echa por tierra 63 trimestres de crecimiento ininterrumpido (desde abril de 1992). La producción industrial y manufacturera cayeron un 0,8% y la construcción un 1,1%. Sólo el poderoso sector de servicios, se incrementó un 0,2%. El jueves el Banco de Inglaterra mantuvo los tipos de interés pero le será difícil resistir el próximo mes el clamor casi unánime que acompañó la publicación de estos datos. «El Banco tiene que hacer algo para evitar que una recesión superficial se convierta en otra profunda», dijo al vespertino «Evening Standard» Stewart Robertson del Morley Fund Management.
No sorprendió que el principal partido de oposición, el Conservador, acusara de la crisis al primer ministro Gordon Brown, titular de finanzas del laborismo durante diez años. Brown fue también el blanco al que apuntaron analistas independientes. El director del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social, Martin Weale, indicó que estas cifras era un golpe demoledor al «alarde» de Brown de que había terminado con los ciclos de crecimiento y caída que caracterizaron a la economía británica de la posguerra. Para el Banco de Inglaterra el dilema es crítico. La ralentización de la economía viene acompañada de una creciente inflación que, según los datos difundidos esta semana, alcanzó el 4,4% en julio. Si no toca los tipos de interés, se arriesga a precipitar la recesión: si los baja el riesgo es que se disparen los precios.
Y mientras se suceden los malos datos del conjunto de las economías europeas. La balanza por cuenta corriente de la zona euro, que mide el intercambio de bienes, servicios, rentas y transferencias con el resto del mundo, registró un déficit de 8.200 millones de euros en el mes de junio, según los datos hechos públicos ayer por el Banco Central Europeo.
Además, la oficina comunitaria de estadística, Eurostat, publicó ayer las cifras de pedidos industriales en los quince países que comparten el euro y que ponen de manifiesto una caída del 7,4% en el mes de junio respecto al mismo periodo del año anterior. En la Europa de los Veintisiete, los pedidos industriales se redujeron un 6,6%.
Por países, las mayores bajadas se registraron en Francia, 16,9%; España, un 6,5% y Alemania, un 6%. En el extremo opuesto, los mayores incrementos se produjeron en la Europa del Este: Rumanía, Letonia y Lituania.
Fuente: abc.es
La economía británica se estanca por primera vez en 16 años
sábado, 23 de agosto de 2008
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